Los activos de renta fija son todos aquellos instrumentos de financiación o inversión cuyos intereses están prefijados y no fluctúan a lo largo del tiempo. En este sentido, si pensamos en mantener la inversión hasta el final, tendremos claro cuáles serán los beneficios en términos nominales que obtendremos desde el principio y está es una característica que hace este tipo de activos muy atractivos para el inversor adverso al riesgo. Pero esta aparente falta de fluctuación en los beneficios no debe hacernos pensar que la renta fija no tiene riesgo, ya que algunas de los productos que ofertan conllevan incluso mayores riesgos que la renta variable.
No obstante existen productos como los depósitos bancarios o los bonos de empresas consolidadas o del estado, que ofrecen una gran seguridad al inversor de que al menos recuperará la inversión realizada aunque los beneficios no sean muy elevados.
¿Y los riesgos?
El principal problema de la renta fija está en que puede confundir al inversor que, pensando que los intereses están prefijados y no varían, puede llegar a asumir que no tiene riesgos, pero no es así. De hecho existen entre los activos de renta fija algunos instrumentos de inversión complejos y de alto riesgo como pueden ser los pagarés de empresa, las emisiones titulizadas o las participaciones preferentes.
Los riesgos de la renta fija están asociados básicamente a tres factores: la falta de liquidez, los cambios que puedan producirse en los tipos de interés y el riesgo de impago.
AIAF no es un mercado tan líquido como el mercado de renta variable (BME), de modo que en muchos casos, es difícil hacer liquida una inversión en renta fija y la única opción es esperar hasta su vencimiento.
Por otro lado, si pensamos por ejemplo en los bonos u obligaciones debemos tener en cuenta que su valor será mayor cuando bajen los tipos de interés y menor cuando suban. Si pensamos por ejemplo que tenemos una inversión en un determinado bono que nos da un cupón del 3%, teniendo en cuenta que en este momento los bonos de nueva emisión están ofreciendo en torno al 2% si tuviésemos interés en vender nuestro bono podríamos pedir que nos pagasen una cantidad superior a la inversión que hicimos. Si por el contrario los intereses estuvieran en este momento al 4%, y tuviésemos que vender el bono, no tendríamos más remedio que hacerlo por una cantidad inferior a la inversión inicial que hicimos.
Otro riesgo de la renta fija es el riesgo de impago, tanto de los intereses como del capital invertido por parte de la entidad emisora. Hemos de tener en cuenta que los activos de renta fija que emiten las empresas son para ellas herramientas para la captación de capital y debemos tener presente en todo momento que, llegado el momento de vencimiento las empresas emisoras deben tener solvencia suficiente para que recuperemos el capital invertido.
¿Cuáles son los principales instrumentos de inversión en renta fija?
En este sentido, en nuestro país podemos encontrar los siguientes productos de renta fija:
Corto Plazo
Depósitos | Casi todas las entidades bancarias los ofrecen y su funcionamiento es muy sencillo. Se ingresa en el depósito una cantidad denominada inversión inicial, y se recupera transcurrido el plazo fijado y con los intereses acordados calculados como interés compuesto. |
Letras | Las letras son bonos a corto plazo, es decir, con una duración no superior a un año. En muchos casos las letras son bonos cupón cero, ya que pagan todos los intereses al final de la inversión. Las importantes son las letras del tesoro que son las emitidas por el estado. |
Pagarés de empresa | Aunque son en realidad un instrumento de pago similar al cheque, algunas empresas los emiten para financiarse, convirtiéndolos en instrumentos de inversión. Con los pagarés el emisor se compromete a pagar una determinada cantidad, en un plazo concreto al titular del pagaré. Como inversión el comprador del pagaré adquiere el derecho a cobrar una determinada cantidad en un momento del tiempo prefijado, de modo que el precio, el vencimiento y la rentabilidad están fijados desde el inicio. |
Largo plazo
Bonos y obligaciones | El inversor en bonos u obligaciones, invierte una cantidad de dinero al inicio y a cambio recibirá en una serie de momentos prefijados los denominados cupones, que se calculan multiplicando el interés del bono por el nominal. Transcurrido el periodo de duración del bono, el inversor cobrará el último de los cupones y recuperará el nominal. Los bonos con plazo superior a 5 años se denominan obligaciones. |
Cedulas hipotecarias | Son valores emitidos por entidades oficiales de crédito, bancos, sociedades de crédito hipotecario u entidades cooperativas de crédito, que están garantizados por la totalidad de préstamos hipotecarios que sus emisores tienen concedidos. |
Emisiones titulizadas | La titulización es la conversión de una serie de flujos de caja originados por un activo, en títulos o valores negociables en los mercados de capitales. Una entidad bancaria podría tomar por ejemplo un conjunto de préstamos, dividir su valor total en porciones de participación y comercializarlos como producto de inversión, de modo que serían los inversores los que concederían entre todos los préstamos y cobrarían por tanto una parte de los intereses que paguen los prestamistas. |
Participaciones Preferentes | Se trata de emisiones de deuda perpetuas, que conceden a sus propietarios el derecho de recibir un flujo de interés fijo, en los periodos pactados. Se trata de títulos de reciente aparición en el mercado. Los titulares de estos valores, en caso de situaciones concursales, se sitúan por delante de las acciones ordinarias, aunque se mantienen por detrás de los obligacionistas de la sociedad. Aunque tienen carácter de deuda perpetua, el emisor se reserva la opción de amortización anticipada total de la deuda. |
Salvo los depósitos, todos ellos se negocian en el mercado de la renta fija español, AIAF (Asociación de Intermediarios en Activos Financieros). Pero también podemos encontrar algunas emisiones de renta fija en cualquiera de las cuatro bolsas españolas (Madrid, Barcelona, Bilbao o Valencia). Existe además un mercado de deuda pública en el que se negocian las letras del tesoro y los bonos del estado.
¿Qué información necesita tener el inversor?
La renta fija puede tener un riesgo superior al de los activos de renta variable, de modo que antes de realizar una inversión en renta fija debemos entender bien el funcionamiento del producto que estamos adquiriendo. La mejor forma de hacerlo es leer con detenimiento el folleto de emisión.
En el folleto, debemos poner especial atención a: el interés, la duración de la inversión, la dinámica de pagos, así como las posibles situaciones que pueden dar lugar a la falta del pago de los intereses o de la inversión inicial. Es importante tener claro que factores garantizan que recuperaremos nuestra inversión y cobraremos el interés fijado. También debemos analizar la liquidez del producto, informándonos sobre cómo podríamos recuperar nuestro capital en caso de necesitarlo antes de que se cumpla el plazo de la inversión.
¿Qué dificultades tiene acceder a la renta fija para un inversor particular?
En la mayoría de los casos acceder a un activo de renta fija no es complicado, ya que los bancos e instituciones financieras comercializan estos productos e incluso los promocionan en determinados momentos para acercarlos a los pequeños inversores.
Al igual que ocurre con los activos de renta variable, podemos acceder a los activos de renta fija en dos momentos del tiempo: en el momento de su emisión a través de los mercados primarios y en cualquier momento de su cotización a través de los mercados secundarios. En cualquier caso, nuestra entidad financiera se encargará de realizar las operaciones necesarias en el mercado que corresponda para que podamos invertir en el producto que deseemos.
¿Cómo comprar y vender?
Para comprar y vender renta fija debemos dirigirnos a nuestro banco o entidad financiera, ya que la mayoría de ellos pueden operar directamente en los mercados de renta fija mencionados (AIAF o el mercado de deuda pública). Si el activo en cuestión cotiza directamente en alguna de las bolsas españolas, debemos saber que no todas las entidades financieras pueden operar directamente en este mercado. No obstante, aunque no puedan operar directamente lo harán sin duda a través de algún otro operador y podrán por tanto ofertarnos el producto.